lunes, 8 de octubre de 2012

¿Por qué Hispania, en la lucha de Sertorio contra Roma, fue un objetivo político?


(Sertorio y el ejemplo de los caballos).

En un contexto de conflictos socio-políticos (populares-optimates), que afectaban a la República Romana a principios del S I a. C., Sertorio (un popular), gobernador de la Hispania Citerior, fue destituido en el 82 a. C., declarado rebelde y se refugió en África de las proscripciones del dictador Sila. El motivo por el que acudió a Hispania, además de porque el territorio que no le era extraño, se debe a que los lusitanos, enterados de los conflictos de Roma, le llamaron para ofrecerle el caudillaje en la lucha contra la facción del dictador: Sertorio aceptó para dar salida a sus propios intereses políticos, pues se opuso a ser destituido y a las disposiciones de Sila. Por primera vez se dirimían los conflictos fuera del escenario de Roma y de Italia, es decir, se dará protagonismo a una provincia, Hispania: aquí podría reforzar su autoridad y organizar en la Citerior un gobierno paralelo al de Roma para crear la impresión de un Estado de derecho estable y consolidado. Buscó, entre los antiguos seguidores del popular Mario oficiales dispuestos, y reclutó nativos favorables a su causa. Hispania no era ya un territorio hostil, aunque había comunidades resentidas, que se unieron a él para conseguir sus propios objetivos: libertad, los lusitanos, y sacudirse el yugo romano, los celtíberos; ganó su confianza evitando abusos y aliviando cargas fiscales. Contando con un buen contingente de fuerzas híbridas fieles, pudo enfrentar a los efectivos -como Metelo- que Sila enviaba a Hispania para neutralizarlo. Sertorio estuvo apoyado por dos lugartenientes, Salinator (en el Pirineo) e Hirtuleyo (en el sur), y más tarde se unirá Perpenna (desde Cerdeña); instauró un breve gobierno, con un ejército mixto y tomando iniciativas políticas: formó senado (exiliados romanos), eligió magistrados y fundó una escuela donde puso capital, Osca, (inicios proceso romanizador), para hijos de élites indígenas (rehenes para mantener fidelidades). En definitiva: fue un político exiliado de Roma que usó todas las armas a su alcance para vencer a la facción política adversaria, aprovechando y canalizando el descontento de provinciales e indígenas, pero no tuvo ningún otro interés en Hispania, más que la persecución de sus propios fines políticos: la lucha contra la Roma de Sila. Organizó su ámbito de dominio, con instituciones y preparativos para la guerra: su influencia se extendió por Lusitania, la Meseta celtíbera, cuya anexión realizó a través de sus propias instituciones, devotio y fides, sentando sus bases en el Valle del Ebro y en la costa levantina. Entre los años 76-73 a. C. Roma envió a Pompeyo (Magno), Sertorio perdió posiciones, muriendo traicionado por Perpenna, quien a su vez sería ejecutado por orden de Pompeyo. El episodio colonial de la crisis republicana tuvo repercusiones, como que cimentó el ascenso de Pompeyo y avanzó la romanización en Hispania.

(Imagen: Wikipedia)

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